
«Adentremonos en ese mar de arena. Quiero desaprender los sesenta soles anteriores. Solo estamos nosotros, la brújula, el camello, la estrella y esta calma.» Los hombres azules, galopaban adelante, pero como pertenecían al Sahara, parecian espíriritus, más que acompañantes.
Al otro lado del Atlántico, en el continente al frente de Africa, recordó ese otro paraje de similar temperatura, el desierto de la Tatacoa, diez años antes, la ofrenda de Orión y las constelaciones de ese cuarto menguante. Tambien acudió a la sinfonía de Caño Cristales, esa ardiente tierra de la Macarena, también en Colombia.
@YouTube – Aziza Brahim, insigne representante de la resistencia pacifica sarahui, asi lo expresa: “el desierto está lleno de belleza y de diversidad. Es inhóspito y en mi música siempre quiero resaltar eso que parece una contradicción. Anhelamos la paz y el regreso a nuestra tierra, que cada vez parece más lejano, pero somos un pueblo pacífico a pesar de toda la sangre derramada. Muchas de mis canciones quieren contar eso también pero en tono de fiesta y celebración”